Caminando solo, diviso tu caminar, una extraña sensación de añoranza veo pasar frente a mi, como si de un recuerdo estelar hiciera aparición en mi retina, a veces, confundo mi percepción con la realidad, como si de un sueño se tratara, como si de una bella película romántica hubiera visto inacabada, como si de repente, lo hubiera vivido otra vez y de nuevo se repite la historia en distintos momentos de la vida, pero con los mismos personajes.
En ocasiones logro entender lo que nunca entenderé y le busco formas, siluetas, huellas a ese caminar que conozco de alguien prácticamente desconocido. Creí haberte encontrado, pensé que esta vez si seria posible ante el desacierto del destino y la complicación del ser humano, y cuanto mas cerca te sentía, mas te alejabas sin dejar palabras, tan respetuoso y caballero, aun sabiendo que el alma de niño que dentro de ti estaba, lloraba por la distancia obligada.
Siento tu sentir solitario aunque acompañado se encuentre, recibo tu mirada triste aunque sonrías, y pienso que nunca tuviste que haber echo esa parada que ni tan solo tu esperabas, pero el destino te volvió a dar la oportunidad de elegir y no fuiste lo suficientemente valiente para decidir, dejaste que los demás lo hicieran por ti y eso es lo verdaderamente triste.
Ahora prácticamente ya no veo siluetas, ni huellas, ni voces o sonrisas que me hagan recordar momentos de plenitud en todos los sentidos, ahora veo una sombra solitaria y vagabunda, escondida tras una capa negra de pelo grueso incapaz de levantar la cabeza por ti mismo y volver a sonreír como realmente brota del corazón... pero déjame darte un consejo.
El corazón y la razón jamás podrán ir nunca unidas de la mano
Creemos ser dueño de nuestro propio corazón y estamos equivocados, nuestro corazón nace en nosotros, se alimenta de la sangre que recorre nuestro cuerpo y bombea hasta que deja de hacerlo, pero nunca podremos decirle cuando lo dejara de hacer, es independiente y contra el, nada podemos hacer, tu razón en cambio te da posibilidades de elegir y en ti esta el saber acertar o no, podrás consultar y decidir, pero en el corazón no mandamos, manda el sobre nosotros y querer elegir algo que la razón te dicta cuando tu corazón te dice no, es complicado, tanto, que podemos hacerlo sufrir mucho y eso lo haría ponerse rabioso, triste, distante y porque no decirlo decepcionado y a veces una decepción duele mucho mas que un gran golpe físico.
Yo seguiré caminando, no puedo hacerlo por ti, pero si puedo ayudarte a que lo hagas junto a mi, solo si engañas a tu razón y le das la razón a tu corazón.
ME GUSTÓ....MUY PROFUNDA LA REFLEXIÓN Y GENIAL EL BLOG....ME GUSTARÍA PODER HACER ALGO ASÍ CON EL MÍO...JAJAJAJAJJAJAJA...ESTA MUY OSCURO Y SIMPLE....*SALUDOS Y ABRAZOS CORDIALES MI BUEN AMIGO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡*
ResponderEliminarHola amigo Gustavo, muchas gracias por visitar nuestro camino y bienvenido, cualquier ayuda que necesites, cuenta conmigo un abrazo.
ResponderEliminarM gusta y parte de esta reflexión m identifica. Lo felicito saludos desde CR
ResponderEliminarMuchas Gracias Anabel, Bienvenida al camino y también le envío un abrazo desde el sur de España.
ResponderEliminarCorazón y Razón, la perpetua confrontación.
ResponderEliminarMagnífico blog.
Un saludo
Efectivamente amigo Juan Carlos, la perpetua confrontación, Bienvenido y gracias por estar entre nosotros. Un saludo.
Eliminarsin palabras.. me encanta
ResponderEliminarGracias cariño, sabia que te gustaría, un beso
EliminarMe gusto mucho la reflexión, el corazón puede guiar nuestros pasos, siguiendo la senda de más emociones, la razón en cambio se ocupa de lo práctico y es metódica y calculada. Pero es preferible vivir con riesgo en mi opinión,
ResponderEliminarun saludo, Juan
Muchas Gracias Juan por tus palabras y también llevas razón, pero en ocasiones nos preguntamos... podemos llegar a ser felices dejándonos llevar solo por la razón y engañando al corazón? Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar"El corazón y la razón jamás podrán ir nunca unidas de la mano"
ResponderEliminarY tienes mucha razón. El problema es que ambos conviven dentro nuestro, y debemos aprender a hacer que se lleven "medianamente bien" jejeje
Hace un tiempito que no escribes. Yo recién conozco tu espacio, pero espero volverte a leer pronto :)